31.3.08

Espejismos

Creí que era yo, que me pertenecía… pero sólo era el reflejo de los otros en mi cuerpo. Sus cicatrices, sus blasfemias, su calamidad, sus lazos y nudos vueltos de espaldas, hipnotizándome….

Se apoderó de mí un instante el recuerdo de lo que no había ocurrido, la nostalgia doliente y ácida de lo que sería si… la imagen rotunda de todo aquello que yo sería capaz de construir con aquellas piezas. Las barajaba y mezclaba, las unía y ataba y pulía y cosía hasta formar un puzzle realmente apetecible. Tal vez sea cierto que estoy hambrienta.

Una lágrima después, un instante, y todo empezó a completarse. El círculo avanzaba hacia sí mismo como una víbora lánguida y el hechizo se desdibujó en la arena árida del presente. De un zarpazo di la vuelta a los espejos que me rodeaban, y fue mi imagen la que se lanzó a la carrera hacia todos los infinitos. Y era yo la que pertenecía a los otros, hipnotizándoles…


Imagen: Alberto Molina


“Estoy satisfecho con lo que tengo: un techo, un hogar, una mesa, los libros, un jardín, los animales que viven conmigo, un plato de sopa caliente todos los días y la fantasía, que jamás me abandona.
Dentro de los límites de mis modestas posibilidades, yo también me siento digno de estar en el mundo, igual que los árboles, las flores, las estrellas, y descubro que dentro de cada uno de nosotros existe un jardín donde se pueden encontrar muchas respuestas: basta con saber buscar. (...)
Debes ser feliz; siempre: cuando la lluvia cae sobre el gran pinar, cuando la escarcha dibuja bordados en los prados, cuando el viento barre las hojas amarillentas del jardín.”

La cabaña encantada - Romano Battaglia




4 coordenadas:

degenerando dijo...

Tu post me recuerda de algún modo a este poema...

A lo mejor soy otros
y por eso te quiero como si me extrañara,
a veces con un hábito de esperanza en los puertos,
o desolada a veces sin un barco.
A lo mejor soy otros
cuando te vas quedando diminuto en palabras
y no me necesitas;
es posible que entonces anochezcan las horas
y me acerque a tus labios muy a gatas, mi amor,
como para buscarme en tu silencio.
A lo mejor soy otros
y por eso te olvido sobre el atardecer
para reconciliarme con el alba
más hecha al horizonte y a tu cuerpo
y decir que te quiero como si se acabara,
casi violentamente que te quiero.
A lo mejor soy otros
y es de otros el gesto que creyera tan mío,
tu boca de ginebra
intransferible
y es de otros este amor.

Teresa Gómez

Anónimo dijo...

... de un tiempo a esta parte fue siempre ese el orden de las cosas, aunque enredado en brazos que no acababan nunca y que parecían tan tiernos y cálidos que uno a veces deseaba quedarse dormido. No es malo el despertar. Tampoco el tiempo invertido. Ni siquiera el vacío que queda cuando los brazos desaparecen y se disuelven en el reloj mientras nocheamos. Quizás esos encuentros terminen siempre en un punto y aparte. Quizás habitan ahí, y no pretendan más. Sea como sea, intuyo una sensibilidad fuera de lo común en tus palabras. ¿Acaso dejó de ser así alguna vez?

yole dijo...

Lo que es hermoso es sentir tu abrazo...Sí. Gracias.

Un beso.

Noria dijo...

degenerando: qué bonito... a veces es cierto que interpretamos tanto que no sabemos si somos o no. por eso es importante ser consciente de que tras la función, el personaje debe volver siempre al baúl. un beso.

duendeandres: las cosas son así, y eso no evita que las sintamos una y otra vez. sentir y ser consciente de ese sentimiento, es uno de mis grandes logros. besos...

yole: siempre me ha gustado reencontrarme contigo. un abrazo enorme!