20.4.09

Precipicio

Pintura de
  • Mireya Juárez



  • Aquella fotografía era lo único que conservaba. En ella, el paso del tiempo no había logrado restar ni un átomo de aplomo y belleza a sus ojos, distraídos; para él estaba claro que no miraba la cámara, posiblemente porque ni siquiera fue consciente del disparo: una mirada a medio camino entre aquí y otro lugar indefinible.

    La postura era graciosa y natural, a pesar de la necesaria contorsión de su cintura al girarse hacia atrás cuando intuyó su presencia. Un brazo caía, lánguido, sostenido en perpendicular por una casi sonrisa azul; el otro, quedaba extendido hacia el objetivo, borroso por el repentino movimiento de búsqueda.

    Aquella fotografía era lo único que conservaba. Decir que tenía bordes era arriesgado incluso para una mente creativa como había sido la suya. Al papel revelado le habían ido surgiendo las mismas arrugas y dobleces que hubiera sido de recibo que la naturaleza y el tiempo hubieran regalado a su cuerpo y su rostro.

    - Estás ahí. - susurraba, de vez en cuando, observando aquellos ojos que siempre le devolvían la mirada.

    Todo lo demás había sido devorado por las llamas, hasta los huesos mismos de la cordura.

    - Estás ahí. - ... y alargaba los brazos tratando de rozar aquellos dedos borrosos que se extendían hacia él todos los minutos de todos los días...

    6 coordenadas:

    Marian dijo...

    "Todo lo demás había sido devorado por las llamas, hasta los huesos mismos de la cordura"

    guau...

    y besos

    Ra dijo...

    Triste.... como cuando el frío se mete en los huesos y la niebla no te deja ver....

    De quién es la pintura? Me gusta.

    Isla dijo...

    Me ha encantado este ejercicio literario. Estás que te sales. Y todo desde una fotografía.

    Oh, tú, maravillosa!

    PD: Hoy por fin entregué el poemario al concurso. En mano.

    Trenzas dijo...

    Me he ido a dar una vuelta por tus imágenes y me ha encantado esa fuente de tu abuela llena de gulas, y la plaza de toros de Ronda, ni te imaginas todos los recuerdos que me ha traido a la mente :) y también :(
    En cuanto a este post, pues es precioso y tiene esa melancolía de las cosas que nos duele haber dejado atrás, aunque sepamos que era inevitable dejarlas.
    Muy bonito, muy emotivo, muy... todo :)
    Por cierto, ya leí Firmin hace tiempo y disfruté muchísimo.
    Un abrazo bien grande, poeta.

    Diego A. Pascual García dijo...

    ...vaya, es como una novela en sí misma... siempre digo que es una cualidad maravillosa poder condensar en pocas líneas vidas enteras...

    Noria dijo...

    Marian, me encanta que pases y que dejes tus onomatopeyas y tus besos ordenaditos en mi rincón :)

    Ra, ya está enlazada la autora de la pintura; a mí también me encanta :) Y sí, yo también veo ese texto vestido de niebla...


    Isla, ¿qué se siente tras la misión cumplida? ¡me alegro mucho! Ahora a por un nuevo objetivo (no sabes el regocijo personalísimo de encontrarte aquí...)


    Trenzas, nunca sabemos en qué punto pueden cruzarse dos líneas... algún día cuéntame tu relación con Ronda, si quieres... También a mí me gustó Firmin, ahora a veces lo escucho pasear por algún lugar indefinido entre mi estómago y mi pecho :D


    d, a mí escribir en pocas lineas es lo que se me da bien; lo que me parece imposible es extender una idea pequeña hasta convertirla en un relato extenso... Así que creo que permaneceré como escritora de blog :P