He intentado penetrar las lejanas murallas, los ecos adivinos que esquivan el espejismo huérfano de tanta multitud. Arañé los huesos y sus escamas, putrefacta argolla a la que me encadeno en vertical; mordí hasta calar el techo con los dientes, abriendo huecos, sedimentos de un misil de largo alcance.
Grité, balbucí. Coloqué salvadores alfileres en mis párpados para que llegara sobre ellos la oscuridad que sobrevive, acurrucada, en todas partes.
Sobreviví y me descubrí acurrucada en todas partes, candado de lo que soy, hambre de lo que soy, participando, silenciosa, en la contienda.
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PArticipas en el agradecer de este navegante de tus palabras: GRACIAS.
Besos nuevos.
"Candado de lo que soy, hambre de lo que soy..."
Noria... entonces... no eres tú misma?
Participas con tu silencio en la "contienda" ? qué suerte poder controlarte y no soltar tu ser a que vuele, por si acaso sueltan las aves rapaces y acabas siendo entonces sí: silencio.
Besos.
Siempre chocando contra el mismo muro; con miedo.
Gritando o en silencio participamos del todo y nunca la paz-oscuridad es completa.
Me alegra que vayas retomando con regularidad, preciosa.
Un abrazo bien fuerte.
Muchas gracias por tu comemtario Noria. Pásate siempre que quieras, yo la haré por aquí, porque me gusta lo que leo de tí.
Un beso!!
yole, espero que todo vaya viento en pompa, ya sabes, no dejes de manar palabras en tu refugio.
Ra, a veces no conseguimos ser todo lo nosotros mismos que nos gustaría. he conseguido mucho, pero sigo aprendiendo cada día, evolucionando... Esos momentos en los que me cuesta más "actuar" son un reto vital que agradezco... beso!
Trenzas, y a mí me alegra tantísimo tu visita... Supongo que sí, que lo completo, igual que lo perfecto, no existe y que en su lugar hacemos cuanto podemos en cada momento... abrazo.
Aynosé, ha sido bonito descubrirte y te seguiré. Sé siempre bienvenida en mi rincón...
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